Montañas… y basura.

El martes fue el día del planeta y, aunque parezca mentira, todavía es necesario recordar que la basura no vuelve sola a casa. 15233_637183229631498_392436234_n

El sábado estuvimos escalando en La Pedriza y me dio mucha pena ver una botella verde escondida entre dos piedras, como si su color, además de camuflarla, fuera a hacerla desaparecer…

Más tarde, a pie de vía, unas chicas tiraban las cáscaras de la naranja al suelo… aunque sea biodegradable, el efecto que hace llegar al campo y encontrarte los restos de la merienda de otros es deprimente, por no hablar de que dejando comida en el monte modificamos la conducta de los animales que viven en la zona, que aprenden dónde hay desperdicios y empiezan a alimentarse de ellos.

También a pie de vía, y en el parking, y en los caminos… vimos colillas; normal, es algo tan pesado que cargar con ello en la mochila o en el bolsillo supone un verdadero lastre…

Ya bajando, entre matorrales, vimos varios «baños de señoras» como dice mi chico, esto es, zonas un poco más «protegidas» de posibles miradas llenas de papel higiénico…

Esto no pasa sólo en La Pedriza, en muchas escuelas de escalada y parques naturales nos encontramos basura. En fin, es una lástima que, precisamente nosotros (montañeros, escaladores, senderistas…), no seamos capaces de cuidar con más esmero aquello de lo que tanto disfrutamos. Creo que la mayoría somos ya mayorcitos como para tener que recordarnos que es fundamental llevar una bolsita (encima en el acceso a La Pedriza te la dan) donde guardar todos los desperdicios que generamos…

Por favor, recordemos que la montaña tiene que quedar como si nunca hubiéramos estado allí, así cuando volvamos parecerá que somos los primeros en llegar.

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