Re-iniciándome en la escalada deportiva

Parece mentira que todo esto de salir al monte empezara hace ya varios años por «culpa» de la escalada. Pues sí, este fue el origen, amigos de mi chico empezaron a escalar y yo hice mis pinitos con ellos. Así empezamos a ir fines de semana a Peñarrubia, Patones y La Pedri.

Mi chico cogió más nivel pero yo nunca pasé de IV o V… tampoco me dio tiempo la verdad, porque llegó un momento en que renegamos. Las escuelas estaban llenas y había que hacer cola en las vías fáciles, y empezamos el senderismo y más tarde el montañismo, para alejarnos del ruido y la muchedumbre. Pero esto de la montaña es un círculo cerrado y hay cumbres a las que no se llega sin escalar o trepar un poco, así que hemos vuelto, con más ánimo y ganas que antes y sobre todo con una motivación diferente: llegar arriba, practicar en deportiva para asumir los pasos difíciles de las cumbres con mayor soltura.

El retorno ha sido más grato de lo que esperaba, estábamos oxidados sí, pero la nueva sensación de vértigo y el buen ambiente nos ha dado fuerzas para volver a intentarlo. Además, es curioso que haya sentido menos miedo de el que sentía cuando probé por primera vez, más confianza… supongo que como dice mi chico: el cuerpo no olvida (del todo, porque el grigri ni recordaba cómo cogerlo).

Escalando V en Patones

Probando de nuevo la escalada en Patones, eso sí, a top rope, que de momento no me fío…

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