Vencer al miedo… ¿Cuestión de fe?

Una de las principales barreras a la hora de afrontar retos cada vez más difíciles en montaña es el miedo. Hay cumbres sencillitas (como las que yo he subido hasta ahora) que la mayor dificultad que presentan es el desnivel y la longitud de la ruta, sin embargo poco a poco el cuerpo te va pidiendo más… miras arriba y dices «Quiero subir ahí» pero luego consultas una guía y ves que hay «pasos de grado II o III algo expuestos justo antes de la cima»… Vale, grado II o III lo hago sin problemas, pero llegas y ves la altura y piensas «Ay, ay, ay… que como me caiga me mato fijo, que esto está muy alto, joder, por qué no me quedé abajo» En esta situación y con la intención de ayudarme, mi chico me dice algunas cosillas que, analizadas en ese momento, parecen un poco absurdas:

– «Pon bien el peso en los pies» – «Si lo hago, pero es que se me resbalan» – «Venga, apoya el peso y confía en las botas» 

¿Cómo? ¿Que confíe en las botas? No entiendo… ¿que son, mi madre? Confío en mi madre, en mi familia, en mi chico y mis amigos, por lo general confío más en seres vivos que otra cosa… vale que vibram tiene una reputación pero de ahí a confiar mi bienestar a una goma de un par de centímetros… pues no, mira cielo, dime otra cosa.

«Coloca los pies y no mires abajo»

Esta frase es en sí misma contradictoria teniendo en cuenta que en el 99% de las ocasiones tengo los pies más bajos que la cabeza, y sería muy preocupante si en montaña tengo que mirar hacia arriba para vérmelos.

«Es fácil»

No me canso de repetir que el concepto de «fácil» o «difícil» es muy subjetivo ¿Qué diría un escalador de 8b sobre una vía de 6b? Pues eso, que es muy fácil.  Y el problema es el de siempre, ponme ese paso a un metro del suelo y verás qué bien lo subo, pero si cuando miro hacia abajo me viene a la mente la canción de «rodaaaar y rodaaaar» pues no puedo ni quiero hacerlo, qué voy a hacer, tengo miedo.

«Pero ¿por qué te vas a caer?»

¿Y por qué no? ¿Tengo ventosas en los pies que me impiden caerme? NO, pues entonces es posible que me caiga… si  a veces voy caminando por la acera y me tropiezo con algún escalón invisible (y no soy especialmente torpe), ¿porqué no me voy a caer en mitad de la montaña?

Si es que él confía más en mi que yo misma… Todos los consejos que me da son útiles, es importante colocar bien los pies y distribuir el peso y sobre todo tener confianza en uno mismo… el miedo te paraliza y te hace cometer errores. Hay gente que nace sin miedo, pero para los que las alturas nos imponen están las cuerdas, los seguros y el arnés. Sí, seré de esas que para algunas trepadas que otros hacen con la gorra se ponen toda la parafernalia, pero hasta que me sienta suelta en este tipo de pasos tendré fé en mis conocimientos, en la experiencia de mis amigos, en la cuerda y en mi chico, que siempre me anima.

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