Refugio Poqueira – Sierra Nevada

Llegamos al refugio Poqueira después de 3 horas y media caminando – cuesta arriba – desde la central eléctrica, con 12 kilos a la espalda (botas de nieve, crampones, piolet, ropa de abrigo, saco, agua…) Por lo que fue uno de los refugios que más ilusión me hizo  ver a lo lejos!!

El refugio está bastante bien organizado, nada más llegar te asignan un número que corresponde a tu cama, a tu taquilla y a tu cuenta, todo lo que consumes se va añadiendo a esa cuenta y se abona al final de la estancia. También te preguntan qué rutas piensas hacer, lo cual da bastante seguridad, ya que en caso de tener algún problema sabrán dónde buscarte. Creo que esto es algo que deberían hacer en todos los refugios de montaña. Es un enclave privilegiado en mitad de Sierra Nevada, cerca del Mulhacén y con unas vistas espectaculares.

Las habitaciones
Las habitaciones son grandes y espaciosas, a nosotros nos tocó en una con capacidad para unas 30 personas, por lo que los tapones eran imprescindibles (sobre todo si te toca al lado a uno de esos que roncan tanto que parece que te van a aspirar por las narices…). Las camas son las típicas literas, no habría nada que destacar si no fuera porque a mi chico le asignaron una cama con truco, en la que la mitad de la almohada estaba ocupada por un pilar que correspondía a la chimenea… por lo que a penas pudo moverse por la noche y se le asó la oreja pegada a la pared… si vais, que no os asignen la cama 31… había alguna otra de este tipo pero no sé el número…

Hay varios baños mixtos que están bastante limpios, duchas de agua caliente, salón, cuarto para cocinar y secar la ropa (hasta arriba de gente), todo dentro de lo normal.

La cena
Lo que más me sorprendió del refugio fue la cena, al principio me molestó que no incluyera la bebida… ¿qué menú no incluye la bebida? Eso sí, hay que decir que la comida era rica, bastante elaborada y… para los más tragones… ¡Se puede repetir toooodooooo lo que quieras! Aluciné, mis amigos (y yo) nos pusimos las botas, después de todo el día a base de barritas nos apetecía comer sin límites. Lo único malo de la cena es que la sirvieron con una hora de retraso los dos días que estuvimos, por lo que seguro te vas al saco con la tripa llena.

En general me gustó bastante, es un refugio «alta gama» con todas las comodidades, los guardas eran muy atentos y además, he de hacer mención especial a las frascas de vino, cuestan 10 €, pero no había probado un vino así en la vida, espeso y granate oscuro, casi se podía cortar con cuchillo… curioso cuanto menos…

Recomiendo visitar su web http://refugiopoqueira.com, es muy completa!

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